jueves, 23 de abril de 2020

Oda a mi Madre


Eres esperanza inexorable,
me bañas con tus nervios y miedos fugaces,
con una sutileza que hasta envidian las monjas;
no deseo que tu alma se encoja,
deseo que se agrande como cien mares.
Me salvaste de amarres y de falsos cantares,
agradecido hasta el último pestañear,
no caben frases que expresen tu pedalear,
en la bicicleta del actuar, tú sabes,
maniobrar para ver la bondad,
aunque se presente la ceguera social,
te podré ver en mi memoria por siempre.
Eres la heroína de mi vida,
no sólo por hacer que siguiera,
y yo que me quejaba de que naciera,
¡si tú sólo hiciste que eligiera!
Y te honraré en vida antes que mueras,
porque no quiero motivos para llorarte,
quiero que te des cuenta,
que aunque no estés, tus sueños son palpables.

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